Algo que nos llama la atención desde el programa "Armilla ante las Drogas" es el número de jóvenes que nos comentan que consumen normalmente bebidas energéticas. En una encuesta reciente el 68% de los menores de 10 a 18 años son consumidores de este tipo de bebidas que contienen sustancias estimulantes como la cafeína, la quinina o taurina, además de altas concentraciones de azúcares y calorías.
Desde la la Academia Americana de Pediatría se desaconseja su uso en menores por la sobrestimulación que puede provocar del sistema nervioso. Algunos chicos, visitan urgencias por taquicardias y síntomas de ansiedad después de su consumo. También hay jóvenes que acuden a urgencias por la costumbre de mezclarlo con alcohol, ya que así los síntomas de embriaguez se notan menos y es más fácil llegar a la intoxicación por abuso de alcohol.
Tampoco debemos de olvidar, que el abuso de cafeína puede tener efectos en la salud de los más jóvenes: dependencia y síndrome de abstinencia, además de arritmias, hipertensión o insomnio.
Un reciente estudio realizado en EEUU relaciona el consumo de estas bebidas en la adolescencia con otros comportamientos como mayor índice de tabaquismo, más horas de televisión y videojuegos y el elevado consumo de otras bebidas azucaradas (zumos y refrescos)
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